Desde 1984, he tenido que enseñar a miles de individuos, y en todos veo una cosa en común, incluyéndome a mí mismo. Todos nosotros tenemos un tremendo potencial, y hemos sido bendecidos con dones. Aún así, la única cosa en común que nos mantiene a todos frenados, es un cierto grado de duda acerca de nosotros mismos. No es tanto la falta de información técnica lo que nos detiene sino la falta de confianza. Algunos se ven mis afectados que otros.
Pero, como maestro, me he dado cuenta de que el miedo excesivo y la duda acerca de uno mismo, son los más grandes detractores del genio personal. Me rompe el corazón ver estudiantes que, aunque saben las respuestas, carecen del coraje para actuar en consecuencia. A menudo, en el mundo real, no es el inteligente el que va adelante, sino el osado.
En mi experiencia personal, el genio financiero de cada persona requiere tanto de conocimiento técnico como de coraje. Si el miedo es demasiado fuerte, el genio se anula. En mis clases, insto enormemente a los estudiantes a aprender a correr riesgos, a ser osados, a dejar que su genio convierta ese miedo en fuerza y brillantez. Si bien funciona para algunos, a otros los aterroriza. Y he comenzado a darme cuenta de que la mayoría de las personas tienen este problema.
Ha habido también personas que ganan mucho dinero, pero luego no saben qué hacer con él. La mayoría de ellas, tampoco han sido financieramente exitosas en la vida real. Todos los demás parecen aventajarlas, incluso aunque ellas tengan dinero. Y eso mismo ocurre en la vida real. Hay una gran cantidad de personas que tienen muchísimo dinero pero no avanzan financieramente.
He observado personas quejándose de que la carta de la “buena” oportunidad nunca viene a ellos. De manera que se quedan allí sentados. Conozco gente que hace eso en la vida real. Esperan por la “buena” oportunidad.
He observado personas perder una “buena” oportunidad, por no tener suficiente dinero.
Entonces, se quejan de que hubieran podido salir de la “Carrera de ratas” si hubieran tenido más dinero. Así que se quedan ahí sentados. Conozco personas que también hacen eso en la vida real. Ellos ven todos los grandes negocios, pero no tienen dinero.
Y conozco personas que se les presenta una “buena” oportunidad, pero no tienen ni idea de que se trata de una “buena” oportunidad. Tienen el dinero, el momento es el oportuno, pero no pueden ver la oportunidad mirándolos fijamente. No pueden ver de qué manera encaja en su plan financiero para escapar de la “Carrera de ratas”. Y conozco aún más de ese tipo de personas, que de todas las otras combinadas. Muchos tienen esa única oportunidad de la vida destellando justo frente a ellos, pero no la ven. Un año más tarde, averiguan sobre ella, cuando ya todos los demás se han enriquecido.
Si una oportunidad le cae, y usted no tiene el dinero, y el banco no le presta, ¿qué más puede hacer para lograr que esa oportunidad trabaje en su favor? Si su corazonada es correcta, y aquello con lo que usted contaba no sucede, ¿de qué manera puede transformar un limón en millones? Eso es inteligencia financiera.
No es tanto lo que sucede, sino cuántas distintas soluciones financieras se le ocurren para transformar un limón en un millón. Se trata de cuán creativo es usted resolviendo problemas financieros.
Robert Kiyosaki
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