jueves, septiembre 17, 2009

Ecuación de Libertad Financiera

Hoy me encontré, casualmente en la calle, con un ex compañero de trabajo.

Hacía meses que no nos veíamos, y me propuso tomar juntos un café rápido. Como uds. saben bien, si hay una cosa que disfruto de mi libertad es ser dueño de mi tiempo. Así que acepté gustoso.

Una vez que nos sentamos, y después de un par de frases amables respecto a nuestro pasado común, etc., su pregunta llegó con claridad (y en ella proyectada su verdadera preocupación):

- ¿Qué estás haciendo ahora? A que te dedicás?

Presentí que mi respuesta no iba a ser fácil. Decirle la verdad significaba o que no me creyera o que lo tomara como una broma. Como en ningún caso me preocuba demasiado, y como la sinceridad es una de mis virtudes (o defectos, depende como se mire), le dije la verdad, transparentemente desnuda:

- Nada. Hago el NO HACER.

Me miró entre asombrado y asustado. En un primer momento sentí que no sabía si mi respuesta era buena o mala para mí (y para él, en su proyección).

Dudó en felicitarme u ofrecerme consuelo. Pero, una vez que me miró a los ojos, y vió mi serenidad (además de mi bronceado que delata las muchas horas que paso disfrutando del aire libre y del sol, al lado de mi piscina…) se animó a preguntarme:

- ¿Y como hacés?

Le respondí: - Hace mucho, antes de dejar el banco, te confesé que podía tomar decisiones tranquilo, por estar cubierto. Sin estar cubierto, gestionando los riesgos, no se puede ser nunca libre.

- ¿Y cómo estabas cubierto?

Le dije, con afecto: - ¿Vos crees que si no hubiese tenido una “red de seguridad”, hubiese sido fácil tomar una decisión de saltar al vació…?

- ¿Y que red tenías?
- me respondió nervioso.

- Mis inversiones - respondí con la mayor humildad posible, tratando de no ser soberbio, ni de parecer hijo de los Rotschild.

- Vamos, Gustavo. Yo era tu par. Teníamos el mismo sueldo. Yo sé lo que se ganaba en el Banco. Da para vivir bien, pero... ¿inversiones? ¡Dejá de embromar! - replicó.

- Ok – le dije - Pensá lo que quieras. Yo sólo respondí sinceramente a tu pregunta. Y así es como logré mi libertad, y hacer NADA.

Creo que ahí se dió cuenta de que no bromeaba. Lo ví unos segundos vacilar, y preguntó con un guiño de complicidad, medio en broma y medio en serio (como para cubrir su orgullo):

- ¿Me dás el secreto?

- ¿Como no? Es simple. Tan simple que hace miles de años muchos hombre logran su libertad financiera, y otros siguen angustiados económicamente hasta el último de sus días.

"Te lo voy a dibujar en una servilleta. Son 3 ecuaciones bien simples, que no es difícil memorizarlas:

1. Consumo < Ingresos = Ahorros

2. Ahorros + Inversiones = Rentabilidad

3. Rentabilidad > Consumos = Libertad Financiera


- Como ves – le dije – no es nada esotérico. Sólo requiere disciplina, y entender que es un activo rentable. Invertir en tu casa propia no es rentable. Invertir en una propiedad para alquilar, sí lo es.

Nos despedimos, como muchas veces sucede, con las frases de rigor. “Que placer verte”, “Porque no nos juntamos un día a almorzar”, etc, etc., etc. Pero, en confianza, puedo decirles que no creo que nos volvamos a juntar, sin que medie el azar. Estamos en dos universos diferentes. Él aún está atrapado en la Matrix. Yo ya he logrado salir de ella hace tiempo.

Y una vez que uno descubre la Luz, volver a la oscuridad es simplemente imposible…

(Fuente: http://www.kuvik.com/libertad-financiera-ecuacion-de-libertad-financiera.html)