miércoles, septiembre 09, 2009

La riqueza puede adquirirse con un salario modesto

LA RIQUEZA PUEDE ADQUIRIRSE CON UN SALARIO MO­DESTO. Sin embargo, usted podría decir:

«Todo eso de las actitudes mentales positivas y negativas está muy bien para alguien que quiera ganar un millón de dólares. Pero a mí no me interesa realmente ganar un millón.

«Como es natural, quiero seguridad. Quiero lo sufi­ciente como para vivir bien y poder atender las nece­sidades que tendré algún día cuando me retire.

«¿Qué decir de mí, que soy un oficinista? ¿Qué de­cir de mí, que percibo simplemente un salario justo?»


He aquí la respuesta:

Usted también puede adquirir riqueza. Una rique­za suficiente como para gozar de seguridad. O incluso una riqueza suficiente como para hacerse rico, a pesar de lo que usted diga. Deje que la influencia de la AMP de su talismán le afecte favorablemente.

Miles de personas en el mundo se dedican a enseñar cómo se puede hacer, con distintos instrumentos y a través de diferentes caminos.

Y si, por alguna razón, no está plenamente conven­cido, lea un libro: "El hombre más rico de Babilonia". Y después dé un primer paso hacia adelante. Siga avan­zando y alcanzará la seguridad económica o la rique­za que busca. Eso es exactamente lo que hizo el señor Osborn.

El señor Osborn era un asalariado y, sin embargo, se hizo rico. No hace muchos años que se retiró di­ciendo: «Ahora emplearé el tiempo en dejar que mi dinero me produzca dinero mientras yo hago lo que quiero».

Una vez más, el principio utilizado por el señor 0sborn es tan evidente que a menudo pasa inadver­tido.

El principio que aprendió y que usted también puede utilizar se expondrá a continuación en muy po­cas palabras. Al leer "El hombre más rico de Babilonia", el señor Osborn averiguó que podía obtener, riqueza:

(a) ahorrando diez centavos de cada dólar que se gana;

(b) invirtiendo cada seis meses los ahorros y los intereses o dividendos de estos ahorros e in­versiones; y

(c) cuando se invierta, solicitando el consejo de un experto sobre las inversiones más seguras para no poner en peligro a perder el capital.

Repitámoslo una vez más: eso es exactamente lo que hizo el señor Osborn. Piense en ello. Puede usted alcanzar la seguridad o la riqueza ahorrando simple­mente diez centavos de cada dólar que gane e invir­tiéndolos sabiamente.

¿Cuándo tiene que empezar? ¡Hágalo ahora! Comparemos la experiencia del señor Osborn con la de un hombre que gozaba de buena salud física y leyó un libro de inspiración. Contaba cincuenta años cuando le presentaron a Napoleón Hill.

El hombre dijo sonriendo: «Leí su libro 'Piense y hágase rico' hace muchos años... pero no soy rico». Napoleón Hill se rió y después contestó muy en serio:

«Pero puede usted serlo. Tiene el futuro por delante. Tiene que disponerse a estar listo. Y, coincidiendo con su preparación para las oportunidades que van a presentársele, tiene usted que desarrollar primero una Actitud Mental Positiva.»
Y lo más curioso es que siguió el consejo del autor. Cinco años más tarde, aquel hombre no era rico, pero había desarrollado una Acti­tud Mental Positiva y llevaba camino de hacerse rico. Tenía deudas por valor de muchos miles de dólares. Durante aquel período de cinco años, consiguió saldar por completo las deudas y empezó a hacer inversiones con el dinero que había ahorrado.

Desarrolló una AMP mientras estudiaba el libro "Piense y hágase rico". No sólo lo leyó sino que aprendió también a reconocer y aplicar los principios.

Cuando se hallaba bajo los efectos de la cara de la AMN de su talismán, era como aquellos obreros que culpan a sus herramientas de la mala calidad de su trabajo.

¿Ha echado usted alguna vez la culpa a sus herra­mientas?

¿Dónde está el fallo si usted es propietario de una cámara fotográfica perfecta y utiliza la película ade­cuada, si sabe cómo tomar fotografías perfectas en toda clase de circunstancias, si todos los demás toman fotografías perfectas con su cámara, pero las suyas son defectuosas?

¿Tiene la culpa la cámara?

¿Acaso ha leído usted las normas pero no se ha molestado en comprenderlas? ¿O tal vez, si las ha com­prendido, no las aplica?

¿Podría ocurrir que leyera usted "La Actitud Mental Positiva: un camino hacia el éxito" -un libro capaz de cambiar para bien todo el curso de su vida-, sin tomarse la molestia de comprender y aprenderse de me­moria los factores de automotivación, de aprender y aplicar los principios que garantizan el éxito? La res­puesta se la dará su actuación.

Sin embargo, no es demasiado tarde para aprender. Si todavía no lo ha hecho, puede aprender ahora: no alcanzará un éxito apreciable a menos que conozca y comprenda las normas; no alcanzará un éxito con­tinuado a menos que las aplique. La AMP le ayudará.
Clement W. Stone