martes, agosto 11, 2009

Diez pasos para despertar el genio financiero (II)

2. Elijo diariamente
El poder de elegir... Esa es la mayor razón la que las personas viven en un país libre. Queremos el poder de elegir.

Financieramente, con cada dólar que cae en nuestras manos, nos es dado para nuestro futuro, el poder de elegir ser rico, pobre o parte de la clase media. Nuestros hábitos a la hora de gastar, reflejan quienes somos. La gente pobre simplemente tiene hábitos pobres en su forma de gastar.
A Mike, mi mejor amigo, le había sido entregado una columna de activos, pero aún él debía efectuar la elección de aprender a conservarla. Muchas familias ricas pierden su patrimonio en la generación siguiente, tan sólo porque no han entrenado a nadie como buen administrador para cuidar de sus activos.

Muchas personas eligen no ser ricos. Para el 90 por ciento de la población, ser rico es “demasiada molestia”. Así que inventan dichos como “a mí no me interesa el dinero”, o “nunca seré rico”, o “no tengo que preocuparme porque todavía soy joven”, o “cuando gane algo de dinero, recién me preocuparé por mi futuro”, o “mi esposo/esposa maneja las finanzas”. El problema con esas afirmaciones, es que roban dos cosas a la persona que elige tales pensamientos: una es el tiempo, que es su activo más preciado, y la otra es el aprendizaje. El simple hecho de que usted no tenga dinero, no es excusa para no aprender. Pero, la elección de qué hacemos con nuestro tiempo, nuestro dinero, y qué ponemos dentro de nuestras cabezas, es una elección que todos efectuamos a diario. Ese es nuestro poder de elección. Todos tenemos el poder de elegir. Yo simplemente elegí ser rico, y hago esa elección cada día.

INVIERTA PRIMERO EN EDUCACIÓN.

En realidad, el único activo verdadero que usted posee es su mente, la herramienta más poderosa sobre la cual tenemos dominio.

Al igual de lo que dije acerca del poder de elegir cada uno de nosotros puede elegir qué poner en su cerebro, una vez que seamos lo suficientemente adultos. La mayoría de las personas simplemente “compran inversiones”; en lugar de invertir primero en aprender cómo invertir.
¿Pero qué hago yo? Voy a seminarios. Me gusta cuando duran dos días porque me encanta sumergirme por completo en el tema.

En 1973 me encontraba mirando TV y apareció un tipo promocionando un seminario de tres días sobre cómo comprar propiedades sin anticipo. Gasté 365 dólares, pero ese curso me ha hecho ganar por lo menos 2 millones de dólares, si no más. Pero lo que es aún más importante, me compró vida ya no tengo que trabajar más por el resto de mí gracias a ese curso. Yo asisto a cursos de ese estilo por lo menos dos veces al año.

Amo las cintas de audio. Y la razón es, que puedo rebobinarlas rápidamente. Yo estaba escuchando un casete de Peter Lynch, y él dijo algo con lo cual yo estaba en total desacuerdo. En lugar de ponerme arrogante y crítico, simplemente oprimí rebobinar, y escuché esa porción de cinco minutos de cinta durante al menos veinte veces. Posiblemente más. Pero, de repente, por haber mantenido mi mente abierta, entendí por qué dijo lo que dijo. Fue como magia. Sentí como si yo tuviera ventana dentro de la mente de uno de los mayores inversores de nuestra época. Obtuve una clara visión interna y una enorme profundización de los vastos recursos de su educación y experiencia.

El resultado neto es que yo aún conservo el viejo modo de pensar, pero también cuento con la manera de ver de Peter, sobre una determinada situación o problema. Tengo dos pensamientos en lugar de uno. Una forma más de analizar un problema o una tendencia, y eso no tiene precio. Hoy digo a menudo, “¿De qué forma haría esto Peter Lynch, Donald Trump, Warren Buffet, o George Soros?” La única manera tengo, de acceder a su vasto poder mental, es siendo lo suficiente humilde como para escuchar o leer lo que ellos tienen para decir. Las personas arrogantes o críticas, son generalmente personas con baja autoestima, que tienen miedo de correr riesgos. Y sepa que si usted aprende algo nuevo, le será necesario cometer errores en orden de entender plenamente lo que ha aprendido.

Hay tantas personas “inteligentes” que argumentan o se defienden cuando una idea nueva está en desacuerdo con su forma de pensar. En este caso, la así llamada “inteligencia” combinada con “arrogancia” es igual a “ignorancia”. Todos conocemos personas con alto nivel de educación, o que creen ser muy listas, pero cuyas hojas de balance muestran una imagen diferente. Una persona verdaderamente inteligente recibe bien las nuevas ideas, porque pueden sumar a la sinergia de las otras ideas acumuladas. Escuchar es más importante que hablar. Si eso no fuera cierto, Dios no nos hubiera dado dos orejas y una sola boca.

Demasiada gente piensa con su boca, en lugar de escuchar para absorber nuevas ideas y posibilidades. Ellos argumentan, en lugar de formular preguntas.

Pienso profundamente en mi riqueza. No adhiero a la mentalidad “hazte rico rápidamente” que tiene la mayoría de los jugadores de lotería o los apostadores de casinos. Puedo entrar y salir del mercado de valores, pero apuesto a la educación. Si desea pilotear un avión, mi consejo es que primero tome lecciones. Siempre me impresiona la gente que compra acciones o propiedades, pero nunca invierten en su mayor activo: su mente.

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