lunes, octubre 19, 2009

Realice Inversiones con el DOP




REALICE INVERSIONES CON EL
DOP (Dinero de Otras Personas)


William Nicker­son era un hombre de crédito y reputación que ave­riguó también que «el dinero puede engendrar dinero y su descendencia puede engendrar más», etc. Su libro nos cuenta cómo lo hizo.

El libro de Nickerson se refiere concretamente a la manera de ganar dinero con el DOP en el sector inmo­biliario a ratos libres. Sin embargo, casi todo lo que afirma se puede aplicar a los esfuerzos que usted hace para adquirir riqueza, haciendo inversiones con el DOP.

El libro se titula
Cómo convertí 1.000 dólares en tres millones de dólares en mi tiempo libre.

«Muéstreme a un millonario -dice- y yo le mos­traré casi invariablemente a un hombre que suele pe­dir prestadas grandes cantidades de dinero.» Para con­firmar su aseveración, cita el caso de hombres acauda­lados tales como Henry Kaiser, Henry Ford y Walt Disney.

Y nosotros mencionaremos a Charlie Sammons que, gracias a un crédito bancario, creó un negocio de cua­renta millones de dólares en diez años. Pero, antes de hacerlo, hablemos de las personas que ayudan a hom­bres como Conrad Hilton, William Nickerson y Char­1ie Sammons prestándoles el dinero que necesitan.

SU BANQUERO ES SU AMIGO
Los bancos están para prestar dinero. Cuanto más dinero prestan a hombres honrados, tanto más dinero ganan a su vez. Los bancos comerciales prestan primordialmente dinero para fines mercantiles y no suelen fomentar los préstamos para fines suntuarios.

Su banquero es un experto. Y, lo que es más impor­tante todavía, es su amigo. Quiere ayudarle. Porque es una de las personas que más ansía verle triunfar. Si el banquero conoce su oficio, preste atención a lo que le diga.

Porque una persona con sentido común jamás su­bestima el valor de un dólar prestado o el consejo de un experto. La utilización del DOP y de un acertado plan -además de una AMP (Actitud Mental Positiva) y los principios del éxito de la iniciativa, el valor y el sentido común- permitió que un muchacho norteamericano corriente llamado Charlie Sammons se hiciera rico.

Charlie Sammons, a los dieci­nueve años, no tenía una situación económica mucho mejor que la de la mayoría de adolescentes, si excep­tuamos el hecho de que había trabajado y había aho­rrado algún dinero.

Un alto empleado del banco en el que Charlie depo­sitaba regularmente sus ahorros todos los sábados se interesó por él porque pensó: "he aquí un muchacho de carácter y capacidad... que conoce el valor del dinero."

Por consiguiente, cuando Charlie decidió estable­cerse por su cuenta, comprando y vendiendo algodón, el banquero le ofreció un crédito. Y ésta fue la pri­mera experiencia que tuvo Charlie Sammons con la utilización del DOP. Y como tendrá usted ocasión de ver, no fue la última. Aprendió entonces, y lo ha visto confirmado más adelante, esto: Su
banquero es su amigo.

Cuando ya llevaba aproximadamente un año y me­dio comerciando con el algodón, el joven se convirtió en tratante de caballos y mulos. Fue entonces cuando aprendió muchas cosas acerca de la naturaleza hu­mana.

Su comprensión de las personas, junto con sus co­nocimientos económicos permitieron a Charlie desa­rrollar muy pronto la sensata filosofía que suele ob­servarse a menudo en las personas que han alcanzado el éxito o que llevan camino de alcanzarlo. Charlie -adquirió esta filosofía a una edad muy temprana. Y jamás la ha perdido. Hoy en día sigue conservándola.

Esta clase de filosofía recibe el nombre de
sentido común.

Cuando ya llevaba unos años como tratante de ca­ballos y mulos, dos hombres se dirigieron a Charlie y le pidieron que fuera a trabajar con ellos. Aquellos hombres tenían fama de ser unos destacados agentes de seguros. Habían acudido a Charlie porque la derro­ta les había dado una lección. He aquí lo que ocu­
rrió...

Parece ser que, tras haberse pasado muchos años vendiendo con éxito seguros de vida, aquellos hom­bres experimentaron el deseo de crear una compañía propia. Cierto que eran unos buenos vendedores. Pero, en cambio, no sabían administrar bien el negocio. En realidad, eran tan buenos vendedores que vendie­ron su compañía por falta de transacciones.

Es frecuente que los vendedores supongan que el éxito económico de una empresa depende sólo de las ventas. Sin embargo, se trata de una premisa falsa.

Una mala administración puede provocar una pérdida de dinero tan rápida o más que las ganancias deriva­das de una buena gestión de las ventas. Lo malo era que ninguno de aquellos hombres era un buen admi­nistrador.

Habían aprendido la lección... por la vía dura. El día en que acudieron a ver a Charlie, uno de aquellos vendedores le contó la historia de su derrota y dijo:

«Desde que nuestra compañía fracasó, hemos con­seguido enjugar las pérdidas con las comisiones que hemos ganado vendiendo seguros. Hemos tenido tam­bién que pagar nuestra manutención. Nos ha llevado mucho tiempo... pero lo hemos conseguido». Sabemos que somos buenos vendedores. Y sabe­mos también que es necesario que no nos apartemos de nuestra especialidad: la venta». Vaciló, miró al jo­ven a los ojos y añadió: «Charlie, usted tiene los pies en el suelo. Tiene mucho sentido común y nosotros le necesitamos. Juntos podremos alcanzar el éxito». Y lo alcanzaron.

UN
PLAN Y EL DOP PERMITIERON ADQUIRIR 40 MILLO­NES DE DÓLARES
Algunos años más tarde, Charlie Sammons compró todas las acciones de la compañía que él y aquellos dos hombres habían fundado. ¿Cómo consiguió el dinero? Utilizó el DOP junto con sus aho­rros. ¿De dónde sacó la elevada suma de dinero que necesitaba? Lo pidió prestado a un banco, natural­mente. Recuerde: había aprendido muy pronto que su banquero era su amigo.

Y el año en que su compañía alcanzó un volumen anual de pólizas de casi 400.000 dólares, el ejecutivo de seguros encontró finalmente la fórmula del éxito para la rápida expansión que llevaba tanto tiempo buscando.

Estaba preparado.

Esta fórmula, junto con el DOP, le permitió con­seguir en un solo año un volumen de pólizas de cua­renta millones de dólares. Sammons había observado que una compañía de seguros de Chicago había con­seguido desarrollar un afortunado plan de ventas por medio de las «pistas.

Muchos vendedores habían utilizado durante mu­chos años lo que se conoce como el «sistema de pis­tas» para obtener ventas. Con un número suficiente de buenas «pistas», los vendedores suelen obtener unos ingresos considerablemente elevados. Las preguntas por parte de personas que muestran interés se deno­minan «pistas». Por regla general, éstas se consiguen mediante algún tipo de programa de promoción y pu­blicidad.

Tal vez sepa usted por experiencia que, dado el carácter de la naturaleza humana, muchos vendedores se muestran tímidos o temerosos a la hora de intentar vender algo a personas a las que no conocen o con las cuales no han tenido previamente ningún contacto per­sonal. Como consecuencia de este temor, pierden mu
cho tiempo que podría utilizarse para la venta a posi­bles clientes.

En cambio, incluso un vendedor corriente se sen­tirá inducido a visitar a todos los clientes sobre los cuales disponga de «pistas». Porque sabe que, con buenas pistas, se pueden realizar muchas ventas, aunque él particularmente tenga muy poco «rodaje» o expe­riencia en la venta. Además, tiene una dirección y una
persona determinada a la que visitar y cree que el cliente se muestra en cierto modo interesado incluso antes de que él le visite.

Por consiguiente, no tiene tanto miedo como ten­dría si se viera obligado a tratar de venderle algo a una persona sin disponer de ningún dato sobre ella.

Algunas compañías basan todo su programa de ven­tas en semejantes «pistas», las cuales se obtienen a tra­vés de anuncios.

Sin embargo, los anuncios cuestan dinero. Charlie Sammons supo a dónde acudir para conse­guir el dinero tras habérsele ocurrido una buena idea negociable en un banco: Republic National Bank de Dallas. Porque es bien sabido que dicho banco contri­buyó a la formación de Texas, dedicándose a prestar dinero a hombres íntegros como Charlie Sammons, hombres que tienen un plan y saben cómo ponerlo en práctica.

Es cierto que algunos banqueros no se toman la molestia de averiguar detalles sobre el negocio de su cliente, pero Oran Kite y otros ejecutivos del Republic National sí lo hacen. Charlie les explicó su plan. Y, como consecuencia de ello, pudo disponer de crédito ilimitado para organizar su negocio de seguros me­diante el sistema de pistas.

Como puede ver, Charlie Sammons pudo crear la compañía de seguros Reserve Life gracias al sistema crediticio norteamericano. Y, a través de este sistema, pudo pasar de un volumen de pólizas de 400.000 dóla­res a un volumen de más de cuarenta millones en el breve tiempo de diez años. Y, gracias a la utilización del DOP en sus inversiones, pudo invertir y adquirir intereses mayoritarios en hoteles, edificios comercia­les, fábricas y otras empresas.

Napoleón Hill