martes, noviembre 17, 2009

Satisfacer necesidades: un camino hacia la riqueza


Muchas las necesidades que “han sido satisfechas” hace un tiempo son inventos y servicios que ahora consideramos básicos. El hecho es que las personas se dieron cuenta de que necesitaban algo en sus propias vidas o descubrieron por casualidad necesidades de otros y crearon los elementos o servicios de los cuales disfrutamos hoy:

• El “Baby Jogger” fue inventado por un hombre que quería hacer jogging pero tenía que cuidar un bebé. Lo que inventó para él pronto encontró demanda en casi todos los que lo vieron.

eBay, el servicio de ventas de remate en línea más grande del mundo, nació en 1995 cuando su fundador Pierre Omidyar invento una forma de ayudar a su novia a vender dispensadores de dulces PEZ.

Avon decidió que su sistema de ventas directas era ideal para la nueva democracia emergente de Rusia, donde las representantes de Avon no sólo podían actuar como asesoras personales de belleza para las mujeres rusas que no estaban habituadas a usar cosméticos, sino que podía servir también como puntos de venta de productos en un momento en donde la infraestructura para ventas minoristas era prácticamente inexistente.

• Los servicios de citas entre amigos en el Internet se inventó cuando unos empresarios inteligentes empezaron a coordinar deseos (y recargadas agendas de trabajo) de personas solteras con la tecnología de las computadoras ante los que permanecían sentadas de ocho a doce horas diarias.

¿Qué necesidad podría identificar?


Las necesidades están prácticamente en todas parte donde usted mire. No importa si se tata de un estudiante universitario que busca una forma de obtener ingresos durante el verano, un ama de casa que desee ganar $500 adicionales al mes para que le alcance el presupuesto, o un empresario que busque la próxima gran oportunidad, siempre habrá una necesidad que puede ser su oportunidad de ganar algún dinero importante.

Abel Cortese

Para hacer más dinero: piense más allá de los límites


Cuando Dave Liniger fundador y director ejecutivo de RE/Max era un exitoso agente de bienes raíces, protestaba, como todos los demás, por tener que pagar el 50 por ciento de sus comisiones a un vendedor de bienes raíces cuya oficina trabajaba. Con su experiencia y como persona acostumbrada a pensar más allá de los límites, comenzó a buscar una alternativa, una mejor forma de vender propiedades y de conservar para sí una mayor proporción de lo que ganaba.

Poco tiempo después Dave encontró por casualidad una sencilla oficina que por $500 al mes que suministraba un escritorio, una recepcionista y unos cuantos servicios más a agentes de bienes raíces que tuvieran la suficiente experiencia para encontrar sus propios clientes y hacer su propio mercadeo. Al igual que Dave, estos agentes no necesitaban el respaldo de una entidad de renombre para tener éxito. Pero a diferencia de las firmas de bienes raíces manejadas en forma más profesional, la idea de alquilar un escritorio no ofrecía una buena administración, un nombre conocido, una serie de oficinas en distintos lugares y la capacidad de compartir gastos entre miles de agentes.

¿Por qué no crear un híbrido? Se preguntó Dave. ¿Por qué no crear una firma que ofrezca más independencia a los a que les permita conservar más del 50 por ciento de sus comisiones de ventas y que a la vez les ofrezca más apoyo que el hacer las cosas por sí solos?

Desde su creación en 1973, gracias a la dedicación de Dave, al logro de su visión y a su decidida determinación de no darse por vencido durante los primeros cinco difíciles años, RE/MAX se ha convertido en la más grande y rápidamente creciente red de bienes raíces en el mundo, con más de noventa y dos mil agentes en cincuenta y dos países que comparten costos de operación, cuentan con la comodidad del control de gastos y forman parte de una entidad más grande sin dejar de ser lo suficientemente independientes como para determinar sus propios presupuestos de publicidad y el monto de ingresos que desean conservar después de cubrir sus gastos.

Liniger respaldó su audaz idea con mucho esfuerzo, perseverancia y pasión, y gracias a que supo satisfacer una necesidad de miles de agentes de bienes raíces, su sueño se ha convertido en un negocio que produce casi mil millones de dólares al año.

¿Qué tan lejos cree que lo podrían llevar algunas de sus ideas más atrevidas?

Abel Cortese

lunes, noviembre 16, 2009

¡Fracasa y triunfarás!



Los estadounidenses lo tienen muy asumido; tanto que desde su etapa de estudiantes se les machaca una y otra vez con esa idea. La cuestión no radica en fracasar por fracasar sino en fallar para aprender de ello y no volver a repetirlo. Incluso hay empresas que cuando seleccionan a sus profesionales tienen muy en cuenta cuántas veces han errado y han vuelto a levantarse para intentarlo de nuevo. Ese carácter se premia.

Esta reflexión viene al hilo de las ideas que ha enumerado el empresario Martín Varsavsky, creador de Jazztel, Ya.com, EINSTEINet y, más recientemente, FON, en su intervención en la tercera edición del First Tuesday, una plataforma global de encuentro entre emprendedores, empresarios e inversores de negocios relacionados con Internet y Nuevas Tecnologías.

Algunas lecciones que podemos aprender de Varsavsky son:

1. El que da primero, da dos veces. Este empresario, que describió sus éxitos como una colección de fracasos, subrayó la importancia de apostar por ideas que, aunque puedan parecer absurdas, desde el momento en que se sitúan dos pasos por delante de los demás y lanzadas en el momento oportuno, son imprescindibles para impulsar el desarrollo tecnológico.

2. El dinero no es lo fundamental.
Lo importante es tener una buena base formativa. Según Varsavsky, aunque tradicionalmente existe la idea de que es vital contar con suficiente dinero para empezar, la primera condición que determina el camino del éxito es la educación recibida. Lo segundo compensa la falta de lo primero.

3. Confiar en tus propias habilidades. Para él, los empresarios y emprendedores españoles pecan de una falta de confianza en sí mismos y necesitan seguir el ejemplo de sus colegas estadounidenses que se sitúan en el otro extremo con un exceso de confianza en sus competencias profesionales. Varsavsky puso como ejemplo más llamativo la creación de su última creación, FON, una red global de conexiones inalámbricas compartidas.

4. Tener buenos anigos de viaje. Otro factor de éxito es la capacidad de construir una red social de amigos y contactos en quien apoyarse. Para este emprendedor, se trata de crecer juntos intercambiando ideas y recursos.

(Fuente: www.richdad.mx)

domingo, noviembre 15, 2009

La fórmula de tres pasos para hacerse millonario



Sí, léalo despacio y disfrútelo....

No se apresure y no se saltee ningún paso...

Aquí, gratis, le ofrezco la fórmula para hacerse millonario...

Del mismísimo Jean Paul Getty...

Es infalible, y su caso lo prueba...

La fórmula de tres pasos es la siguiente...

Paso 1:
'Levantarse temprano...'

Paso 2: 
'Trabajar duro...' y 

Paso 3:
'... encontrar petróleo'.

Ahora tiene la fórmula, que sigue siendo válida a pesar del paso de los años, y se la doy completamente gratis. Mándeme las gracias por el ciberespacio.

Abel Cortese

viernes, noviembre 13, 2009

Usar nuestros más preciados talentos



Muchos dicen que no pueden tener riqueza porque no tienen dinero. Le aseguro que si comparte usted esta actitud definitivamente seguirá siendo pobre, luchando durante el resto de su vida. Recuerde que yo creé mi riqueza no a partir de cero, sino a partir de algo peor: una deuda mayor que los activos de toda una vida. Como diría mi amigo Winnebago, creé riqueza utilizando los dones del Gran Espíritu. En mi caso estos dones son:

1. La salud. Aunque todos sabemos lo importante que es la salud, sería tonto si no la mencionara en esta lista. Al igual que el dinero y el tiempo, la salud es un activo y un don que debemos proteger, viviendo sabiamente para poder disfrutar de la vejez tanto como de la juventud —o sería deseable aún más.


2. Las relaciones. La gente es exitosa en la medida de la calidad de sus relaciones. Había estado casado antes, y debo decir que durante mi primer matrimonio fui poco ético. Fue sólo después de mi catástrofe económica que noté que las personas con quienes hacía negocios eran tan retorcidas como yo. A menudo, cuando encuentro a alguien que tiene problemas de dinero o de relaciones, es que existe un problema de ética en algún punto. Me pidieron una vez que me reuniera con una pareja que tenía problemas económicos y problemas con sus empleados. Cuando les pregunté cómo iba su matrimonio, recibí una de esas sonrisas forzadas que transmitía, “¡Oh, todo va de maravillas!”. Después de trabajar con ellos durante tres meses, renuncié. Les dije que no sentía que no estuvieran dando respuestas sinceras. Tres años más tarde cuando la empresa quebró, conocí al capataz de su fábrica. Me contó que tanto el esposo como la esposa tenían aventuras amorosas. En su trato con los empleados eran terribles, y la fábrica había estado echando desechos tóxicos por las tuberías de la ciudad por la noche, para ahorrar dinero en tratamiento de sustancias tóxicas.

No digo que soy santo, ni nada parecido. Pero he descubierto que si quiero estar sano, feliz y tener riqueza, tengo que nutrir mis relaciones y mantenerlas limpias. Como dice un amigo mío: “No digo la verdad necesariamente por ser una persona honesta. La digo porque estoy cansado de que me golpeen las consecuencias de la mentira.”

El éxito en la vida será satisfactorio en la medida en que lo sean nuestras relaciones con nosotros mismos, con nuestra familia y con los amigos, compañeros y asociados. Cuando tengo amigos y compañeros de calidad, llanos, trabajadores, mi vida funciona mejor. Sé que soy un reflejo de la compañía que mantengo.


3. Usar cada día con sabiduría. Siga esta regla: “Mi futuro se crea hoy, y no mañana.” Hubo un momento en mi vida en que no importa cuánto dinero ganaba, siempre me faltaba un poco para llegar a fin de mes. Mi solución era “cárguelo en la tarjeta.” Como era algo tan fácil, se convirtió en un hábito. Antes de que me diera cuenta, los pagos a la compañía de la tarjeta de crédito eran mayores que mis ingresos. Un día todo se derrumbó. Había arruinado mi historial de crédito. Cuando la computadora registró mi nombre como riesgoso, todo el juego de vivir con dinero prestado llegó a su fin. Una vez más, la experiencia fue dolorosa, pero me dio la oportunidad de aprender una lección importante, y me alegro por eso. Esta lección sobre el dinero se aplica también a cómo paso mi tiempo y cómo uso mi salud.

Malthus observó que los recursos naturales del mundo son finitos. No podía prever la infinita cantidad de información y tecnología por venir. Con el uso de la información y las nuevas tecnologías, solemos obtener mejor rendimiento aun utilizando nuestros escasos recursos naturales. Por ejemplo, se requirieron ciento setenta y cinco mil toneladas de cobre para tender el primer cable de comunicación transatlántica entre Europa y América. Apenas terminado esto, nuestro programa espacial envió al espacio un satélite de un cuarto de tonelada, mucho menos cobre que el del cable, y el cable pasó a ser obsoleto. Al agregar tecnología a los recursos, constantemente hemos podido hacer más con menos.

John Dribben

lunes, noviembre 09, 2009

La riqueza puede adquirirse con un salario modesto

LA RIQUEZA PUEDE ADQUIRIRSE CON UN SALARIO MO¬DESTO

Sin embargo, usted podría decir: "Todo eso de las actitudes mentales positivas y negativas está muy bien para alguien que quiera ganar un millón de dólares. Pero a mí no me interesa realmente ganar un millón.
 

"Como es natural, quiero seguridad. Quiero lo sufi­ciente como para vivir bien y poder atender las nece­sidades que tendré algún día cuando me retire.
 

"¿Qué decir de mí, que soy un oficinista? ¿Qué de­cir de mí, que percibo simplemente un salario justo?» He aquí la respuesta:

Usted también puede adquirir riqueza. Una rique­za suficiente como para gozar de seguridad. O incluso una riqueza suficiente como para hacerse rico, a pesar de lo que usted diga. Deje que la influencia de la AMP (Actitd Mental Positiva) de su talismán le afecte favorablemente.

Le demostraremos que se puede hacer.

Y si, por alguna razón, no está plenamente conven­cido, lea un libro: "El hombre más rico de Babilonia". Y después dé un primer paso hacia adelante. Siga avan­zando y alcanzará la seguridad económica o la rique­za que busca. Eso es exactamente lo que hizo el señor Osborn.

El señor Osborn era un asalariado y, sin embargo, se hizo rico. No hace muchos años que se retiró di­ciendo: «Ahora emplearé el tiempo en dejar que mi dinero me produzca dinero mientras yo hago lo que quiero».

Una vez más, el principio utilizado por el señor Osborn es tan evidente que a menudo pasa inadver­tido.

El principio que aprendió y que usted también puede utilizar se expondrá a continuación en muy po­cas palabras. Al leer "El hombre más rico de Babilonia", el señor Osborn averiguó que podía obtener, riqueza:


(a)     ahorrando diez centavos de cada dólar que se gana;

(b)    invirtiendo cada seis meses los ahorros y los intereses o dividendos de estos ahorros e in­versiones; y

(c)     cuando se invierta, solicitando el consejo de un experto sobre las inversiones más seguras para no poner en peligro a perder el capital.



Repitámoslo una vez más: eso es exactamente lo que hizo el señor Osborn. Piense en ello. Puede usted alcanzar la seguridad o la riqueza ahorrando simple­mente diez centavos de cada dólar que gane e invir­tiéndolos sabiamente.

¿Cuándo tiene que empezar? ¡Hágalo ahora!
Comparemos la experiencia del señor Osborn con la de un hombre que gozaba de buena salud física y leyó un libro de inspiración. Contaba cincuenta años cuando le presentaron a Napoleón Hill.

El hombre dijo sonriendo: «Leí su libro Piense y hágase rico hace muchos años... pero no soy rico». Napoleón Hill se rió y después contestó muy en serio:

«Pero puede usted serlo. Tiene el futuro por delante. Tiene que disponerse a estar listo. Y, coincidiendo con su preparación para las oportunidades que van a presentársele, tiene usted que desarrollar primero una Actitud Mental Positiva.»

Y lo más curioso es que siguió el consejo del autor. Cinco años más tarde, aquel hombre no era rico, pero había desarrollado una Acti­tud Mental Positiva y llevaba camino de hacerse rico. Tenía deudas por valor de muchos miles de dólares. Durante aquel período de cinco años, consiguió saldar por completo las deudas y empezó a hacer inversiones con el dinero que había ahorrado.

Desarrolló una AMP mientras estudiaba el libro "Piense y hágase rico". No sólo lo leyó sino que aprendió también a reconocer y aplicar los principios.

Cuando se hallaba bajo los efectos de la cara de la AMN (Actitud Mental Negativa) de su talismán, era como aquellos obreros que culpan a sus herramientas de la mala calidad de su trabajo.

¿Ha echado usted alguna vez la culpa a sus herra­mientas?

¿Dónde está el fallo si usted es propietario de una cámara fotográfica perfecta y utiliza la película ade­cuada, si sabe cómo tomar fotografías perfectas en toda clase de circunstancias, si todos los demás toman fotografías perfectas con su cámara, pero las suyas son defectuosas?

¿Tiene la culpa la cámara?

¿Acaso ha leído usted las normas pero no se ha molestado en comprenderlas? ¿O tal vez, si las ha com­prendido, no las aplica?

¿Podría ocurrir que leyera usted "La actitud mental positiva: un camino hacia el éxito" -un libro capaz de cambiar para bien todo el curso de su vida-, sin tomarse la molestia de comprender y aprenderse de me­moria los factores de automotivación, de aprender y aplicar los principios que garantizan el éxito? La res­puesta se la dará su actuación.

Sin embargo, no es demasiado tarde para aprender. Si todavía no lo ha hecho, puede aprender ahora: no alcanzará un éxito apreciable a menos que conozca y comprenda las normas; no alcanzará un éxito con­tinuado a menos que las aplique. Por consiguiente, de­dique tiempo a comprender y aplicar lo que está le­yendo en este libro. La AMP le ayudará.


Clement W. Stone

miércoles, noviembre 04, 2009

Una de las formas más fáciles de superar la mentalidad de “mañana” ...


Una de las formas más fáciles de superar la mentalidad de “mañana” es establecer sistemas de ahorro en los que ni siquiera tenga que pensar.

Ponga sus ahorros en piloto automático. Firme para que le deduzcan automáticamente una cierta cantidad de su sueldo y lo coloquen en una cuenta de ahorro, mercado de dinero, o cualquier otra inversión a largo plazo. En vez de gastar la bonificación de fin de año o herencia, invierta el dinero en su futuro. Sin embargo, recuerde que invertir automáticamente es como usar el control de velocidad en un carro; todavía es necesario mantener los ojos en la ruta y estar atento a las cambiantes condiciones financieras.

Por sobre todas las cosas, recuerde que nuestro aliado más importante al invertir es el tiempo.

Aprovechamos al máximo nuestro dinero cuando invertimos pequeñas cantidades ahora, y luego dejamos que el poder del interés compuesto convierta paulatinamente estas pequeñas cantidades en grandes cantidades con el correr de los años. Si algo puede demostrarle las ventajas de invertir hoy en vez de esperar hasta mañana, es el poder del interés compuesto.

Veamos un ejemplo. Digamos que usted comenzó a invertir a los veinte años.

Cada día ahorró $2; eso es $61 por mes y $730 por año. Puso $730 en una inversión que le dio un promedio de 12 por ciento de interés. Usted nunca ahorró más de $2 por día, pero nunca pasó un día sin ahorrar. ¡Para cuando tenga sesenta y cinco años, tendrá más de $1 millón cuando se jubile!

Ahora, veamos qué pasa si usted espera cinco años para comenzar a invertir. Si empieza cuando tiene veinticinco años, tiiene que ahorrar $3.57 por día, $109 por mes y $1,304 por año para tener el mismo millón a los sesenta y cinco años. Y si espera hasta tener treinta y cinco años, ¡tendría que invertir $11 .35 por día, $345 por mes y $4,144 por año para tener ese mismo millón!

Ese es el poder del interés compuesto.


Cuanto más tiempo dé a su dinero para que crezca, menor será la cantidad que necesite para producir resultados. Cuanto menos tiempo tenga, más será el dinero que necesitará. Y ya que estamos en esto, si esperara hasta los cuarenta y cinco años para empezar a invertir, necesitaría $38.02 por día, $1,157 por mes y $13,879 por año, invertido a 12 por ciento de interés para tener ese millón.

Dejar las cosas para más tarde es como un ladrón que nos roba nuestro futuro financiero.


Cada día que esperamos perdemos un poco el poder del tiempo para ayudarnos a crear un futuro de abundancia en vez de uno de necesidad. Así es como la mentalidad de “mañana” nos puede robar el futuro. Deje que el tiempo sea su aliado, no un ladrón que silenciosamente se lleva su salud y su felicidad. ¡En vez de mañana, diga hoy!

Abel Cortese

sábado, octubre 31, 2009

Los secretos de la mujer más rica del mundo

Los tres tipos de ingreso son:
Los secretos de la mujer más rica del mundo



"No existe ningún secreto espectacular para hacer fortuna. Todo lo que hay que hacer es comprar barato y vender caro, actuar con frugalidad y astucia y ser persistente."
Hetty Green, a fines del Siglo XIX.

Cómo derrotar las probabilidades y hacerse multimillonario por su cuenta

De los 497 multimillonarios que hay en el mundo, sólo el 7 por ciento son mujeres y de ellas ninguna se hizo rica por su propia cuenta. . .

Doris Fisher es la que más se acerca. Fisher y su esposo abrieron la primera tienda de The Gap en San Francisco, a fines de la década de los 60. Pero para mí, esto convierte a los Fisher en "multimillonarios en equipo". Las otras multimillonarias que figuran en la lista de los más ricos del mundo de la revista Forbes heredaron sus fortunas o heredaron los negocios (por cierto, si usted está pensando en Martha Stewart u Oprah Winfrey, tiene razón: ellas se hicieron ricas por su cuenta pero, según Forbes, habría que unir sus fortunas para que superen los mil millones de dólares).

Entonces, ¿por qué no hay en el mundo ninguna mujer que se haya hecho multimillonaria por sí misma? Al menos en Estados Unidos hemos tenido la llamada “igualdad de oportunidades” por 20 años y también hemos visto mujeres en los máximos cargos ejecutivos por buen rato. ¿Cuál es el secreto? ¿Cómo puede una mujer generar una riqueza extraordinaria? ¿Se pueden aplicar sus secretos a todo mundo?

Las respuestas surgen de la historia de Hetty Green.


La malvada bruja del oeste de Wall Street
Hetty Green falleció en 1916, a la edad de 82 años, y dejó una fortuna que, en cifras ajustadas por inflación a precios del 2001 valdría US$250 millones. Ella se convirtió en la mujer más rica del mundo sin ayuda de nadie. Era excéntrica y dura como el acero, lo que contribuyó a que se le conociera como "La malvada bruja del oeste de Wall Street", una referencia al personaje de la famosa película “El Mago de Oz”.

El camino hacia la riqueza que recorrió Green siempre fue tortuoso. Hay qué recordar que estamos hablando de una dama en el Wall Street del siglo XIX. En aquel entonces, las mujeres tenían muy pocos derechos y faltaban décadas para que ganaran el derecho al voto. Green solía decir: "quisiera que las mujeres tuviesen más derechos en los negocios. He visto que en los negocios los hombres se aprovechan de las mujeres en formas que jamás se atreverían siquiera a intentar con otros hombres. Lo he visto especialmente en los tribunales, donde he estado luchando toda mi vida". Pero ella no dejó que el hecho de ser mujer le impidiera hacerse multimillonaria.


Cuatro secretos del éxito de Hetty Green
Hay cuatro “secretos” del éxito de Green de los cuales podemos aprender mucho.

El primero era su tacañería.
Muchos creen que todos los multimillonarios viven la buena vida, como Donald Trump. Pues bien: Hetty Green, en su época, era más rica de lo que es Trump. Pero a diferencia de Trump, Green vivió muy modestamente, a veces en un apartamento del pueblo de Hoboken, Nueva Jersey, cuyo alquiler le costaba $14 dólares al mes. No tenía una residencia fija y ni siquiera una oficina. Durante 25 años pasó los días hábiles sentada en el piso de Chemical Bank. En vez de usar las mejores telas, generalmente se vestía de negro y a veces con ropa de segunda mano. No es precisamente la idea que tenemos de la vida de los Trump.


El segundo secreto es su estrategia de inversión, que no era una novedad: comprar instrumentos de calidad cuando estaban baratos. "No existe ningún secreto espectacular para hacer fortuna. Todo lo que hay que hacer es comprar barato y vender caro, actuar con frugalidad y astucia y ser persistente", decía. "Cuando veo que una cosa se abarata porque nadie la quiere, la compro en grandes cantidades y la guardo. Luego, cuando llega la hora, me tienen que buscar para pagarme un buen precio por mis inversiones". Warren Buffett no está haciendo nada nuevo, sino lo mismo que Hetty Green hacía hace más de un siglo.

El tercer secreto es que Green era increíblemente astuta para reducir sus impuestos.
En una era anterior a la creación en Estados Unidos del impuesto federal a la renta (¡imagínese!), Green tenía habilidad para sacarle el cuerpo a las leyes tributarias estatales con una facilidad asombrosa. No tenía residencia fija y pasaba el tiempo viajando entre Nueva York, Nueva Jersey y Vermont. Entre sus múltiples trucos figuraba un acuerdo secreto con el Contralor de Nueva York, en virtud del cual Green fungía como el banco de esa ciudad: compraba deuda emitida por la ciudad a una tasa de interés inferior a la del mercado. Así, le otorgaba créditos blandos a la ciudad a cambio de que las autoridades tributarias la dejaran en paz.

El cuarto era tener activos sólidos.
Green compró bienes raíces y ferrocarriles cuando los vio baratos y rara vez los vendió. Ella no quería mansiones, sino propiedades que le pagaran renta y vías férreas que pasaran por ciudades en plena expansión, tales como Denver, San Luis y Cincinnati. Una de sus tácticas típicas era comprar propiedades situadas en las afueras de las ciudades y esperar a que éstas crecieran hasta llegar allí, una estrategia de inversión bastante confiable que se usó siempre en la historia de Estados Unidos.
Los cuatro “secretos” de Green, llevados hasta el límite
En resumen, los secretos de Hetty Green son:


1. Vivir humildemente.
2. Invertir en lo que nadie quiere.
3. Reducir la carga total de impuestos.
4. Canalizar la mayor parte de los activos hacia inversiones sólidas, de las que pagan rentas.


Ninguno de los secretos de Hetty Green parece una novedad. Y el verdadero "secreto" parece ser que ella practicó los cuatro hasta el límite.

Como era una dama en el Wall Street de fines del Siglo XIX, tenía un sinfín de circunstancias en su contra. Pero siguiendo estos cuatro secretos, Hetty Green se hizo tres veces más rica que Oprah Winfrey (la mujer más rica de las que se han hecho solas) en términos reales.

Ni usted ni yo tenemos los obstáculos que Hetty Green tuvo que enfrentar en aquel entonces. Así que si seguimos sus secretos no tendríamos ningún problema para alcanzar su éxito, ¿verdad?



Abel Cortese

domingo, octubre 25, 2009

Si no tiene dinero... ¡Utilice del DOP!


SI NO TIENE DINERO

«¿El negocio? Muy sencillo. ¡Es el dinero de los demás!», afirma Alejandro Dumas, hijo, en su obra Cuestión de dinero.

Sí, es así de sencillo: utilice el DOP... es decir, el
Dinero de Otras Personas. Éste es el medio para adqui­rir una gran riqueza. Así lo hicieron Benjamín Franklin, William Nickerson, Conrad Hilton, Henry J. Kai­ser, el coronel Sanders y Ray Kroc. Y, si es usted rico, es muy probable que también usted lo haya hecho.

Bien, si no es usted rico, aprenda a leer lo que no está escrito.- Mejor dicho, tanto si es rico. como si es pobre, lea lo que no está escrito en cada perogru­llada, axioma o factor de automotivación. La premisa fundamental no escrita en la afirmación de «Utilice el DOP» es la de que actuará usted según las más ele­vadas normas éticas de integridad, honor, honradez, lealtad y aquiescencia, así como con la Regla de
Oro, Y las aplicará en sus relaciones profesionales.

El hombre deshonesto no tiene derecho a la con­fianza.

Y el factor de automotivación del
Utilice el DOP presupone el reintegro total según lo estipulado, con un beneficio para aquellos cuyo dinero se utiliza.

La confianza y el uso del DOP son una misma cosa. La falta de un sistema crediticio satisfactorio en un país es la causa del atraso de las naciones. En cambio, el sistema crediticio de los Estados Unidos es la cau­sa de la gran riqueza y progreso de esta nación. Se trata de un hecho típicamente norteamericano.

Por consiguiente, la empresa o la nación que no goza de crédito -o que no lo utiliza para la expansión y el progreso en caso de que goce de él- carece de un factor importante en la combinación del éxito. Siga por tanto el consejo de un prudente y próspero hom­bre de negocios como Benjamín Franklin.

UN
BUEN CONSEJO
La obra Consejo a un joven co­merciante, escrita en 1748 por Franklin, se refiere a la utilización del DOP en los siguientes términos «Recuerda que seis libras al año no son más que y generadora. El dinero puede engendrar dinero y su descendencia puede engendrar más.», etc.

Franklin dijo también:

«Recuerda que el dinero es de naturaleza prolífica una moneda de cuatro peniques al día. A cambio de esta pequeña suma (que puede desperdiciarse a dia­rio, ya sea en tiempo, ya sea en gastos inadvertidos), un hombre de crédito puede, por su propia seguridad, gozar de la constante posesión y utilización de cien libras.»


Esta afirmación de Franklin es el símbolo de una idea. Su consejo sigue siendo tan válido hoy en día como cuando lo escribió. Se puede empezar con unos pocos centavos y gozar de la constante posesión de 500 dólares mediante su utilización. O bien se puede ampliar la idea y gozar de la constante posesión de millones de dólares. Eso es lo que hace
Conrad Hilton. Es un hombre de crédito.

La cadena de hoteles Hilton obtuvo créditos por valor de varios millones de dólares, que destinó a la construcción de moteles de lujo para viajeros en los grandes aeropuertos. La garantía de la cadena fue so­bre todo la fama de honradez de Hilton.

La honradez es algo para lo que jamás se ha des­cubierto un sucedáneo satisfactorio. Es algo que está más enraizado en un ser humano que la mayoría de los restantes rasgos de su personalidad. La honradez o la ausencia de la misma se graba indeleblemente en cada palabra que pronuncia y en todos sus pensa­mientos y acciones, y a menudo se refleja incluso en el rostro, de tal manera que hasta el más indiferente observador puede captar de inmediato la virtud de la sinceridad. La persona deshonesta, en cambio, puede revelar su defecto en el tono mismo de su voz, en la expresión de su rostro, en la naturaleza y sesgo de sus conversaciones o en la clase de servicios que presta.

Por consiguiente, aunque este capítulo parezca cen­trarse en el tema de la utilización del dinero de otras personas, no por ello deja de subrayar con fuerza el carácter de esta utilización. La honradez y la buena fama, el crédito y el éxito en los negocios están total­mente interrelacionados. El hombre que posee la
pri­mera de dichas cualidades lleva camino de adquirir las otras tres.

Napoleón Hill