viernes, marzo 05, 2010

¿Hizo una mala inversión? Culpe a su cerebro


Los científicos podrían haber encontrado una manera para cuantificar el legendario equilibrio entre codicia y miedo que se supone que impulsa las decisiones sobre las inversiones.
Una nueva investigación que aparece en la revista científica Neuron identifica dos regiones del cerebro que se activan cuando las personas cometen ciertos tipos de errores en las inversiones.
El resultado parece ser que, para bien o para mal, las emociones tienen que ver más con las decisiones financieras que lo que se reconoce actualmente.
"Esas áreas del cerebro son bastante profundas y no se asocian con la matemática ni los impuestos. Se asocian más a las emociones o a cómo se sienten las personas antes de hacer algo", afirmó el autor principal, Brian Knutson, profesor asistente de psicología y neurociencia de la Universidad de Stanford. "Las emociones anticipatorias podrían desempeñar algún papel en la toma de decisiones, incluso en las financieras".
Knutson llevó a cabo el estudio en conjunto con la candidata de doctorado en Stanford Camelia Kuhnen, cuya especialidad es las finanzas.
"Esta investigación sugiere que estamos comprendiendo diferentes partes del cerebro en relación con la toma de decisiones y las emociones", añadió Paul Sanberg, director del Centro de Excelencia para el Envejecimiento y la Reparación Cerebral de la Facultad de Medicina de la Universidad del Sur de Florida, en Tampa. Afirmó que hay una tendencia hacia este tipo de investigación que busca las raíces neurológicas de la conducta humana.
Los cálculos de los economistas sobre cómo las personas toman decisiones raras veces incluyen las emociones anticipatorias, apuntó Knutson.
Y aunque el área poco clara de los sentimientos humanos está comenzando a tener influencia sobre algunos modelos económicos, a los economistas todavía les falta una manera para comprender de que manera influyen las emociones sobre las elecciones.
El estudio actual planteaba dos preguntas básicas: Cómo toman decisiones las personas, especialmente en las situaciones financieras, y si la activación cerebral se utiliza para predecir cuáles decisiones podrían ser tomadas, especialmente cuando se trata de decisiones riesgosas.
A los participantes del estudio, todos Ph.D. de Stanford, se les pidió que eligieran entre dos títulos y un bono varias veces. Al igual que en el mercado de acciones, lo que estaba en juego eran dólares reales.
Antes de iniciar las transacciones, los investigadores designaron un título como "bueno" aleatoriamente (con mayores probabilidades de ganar dinero) y un título como "malo" (con mayores probabilidades de perder dinero). Independientemente de todo, el bono pagaba $1.
Los participantes no sabían qué título era bueno y qué título era malo, pero podían enterarse observando el mercado.
"Así averiguamos si se comportaban racionalmente o no", explicó Knutson. "¿Elegían de acuerdo con toda la información que tenían previamente?"
La actividad cerebral de los participantes fue escaneada con IRM funcional en tiempo real a medida que tomaban las decisiones y luego se enteraban de sus resultados.
Los voluntarios tendían a cometer dos tipos de errores, seleccionar un título cuando el bono hubiera sido mejor, o elegir el bono cuando un título hubiera sido una mejor opción.
Antes de que los participantes cometieran errores "de búsqueda de riesgo" (tales como invertir en un título con una "mala" historia), un área del cerebro conocida como el núcleo acumbens (NAcc) se activaba.
Por otro lado, antes de que los participantes cometieran un error "de evitación de riesgo" (tales como invertir en un bono seguro cuando un "buen" título hubiera sido mejor), un área del cerebro, llamada la ínsula anterior, se activaba.
"Eso parece que empuja a las personas hacia la dirección de una evitación excesiva del riesgo si se activa demasiado", aseguró Knutson.
El NAcc es un área que es rica en dopamina y que está relacionada con la búsqueda de drogas y otras conductas arriesgadas, añadió Sanberg.
En promedio, los participantes del estudio hicieron elecciones racionales el 75 por ciento de las veces y cometieron errores el 25 por ciento de las veces, dijo Knutson. Y las áreas del cerebro se iluminaron aún cuando se tomaban decisiones racionales, pero no tanto.
Estos hallazgos podrían también explicar por qué los casinos usan "claves de recompensa" como bebidas gratis y regalos sorpresa como anticipación de otras recompensas que podrían activar el NAcc y llevar a cambios en la conducta, agregó Knutson. Las aseguradoras podrían usar la estrategia opuesta, usando estrategias que activen la ínsula anterior, dijo.
El mensaje mayor podría ser uno de sentido común, cuando tenga que tomar una decisión importante, dé un paso hacia atrás y piénselo bien.
"Esta es evidencia que sugiere un mecanismo que podría ayudarlo a ver las cosas de manera diferente", señaló Knutson. "La lección es que las emociones podrían influir sobre la toma de decisiones".
La información, añadió, podría usarse para mejorar los modelos sobre cómo toman decisiones las personas, apuntó Knutson.
Y para comprender las conductas más extremas.
"El próximo paso es ver qué sucede en las personas que tienen algún tipo de alteración o daño en esa parte del cerebro", dijo Sanberg. "¿Explicaría eso por qué algunas personas son adictas al mercado de acciones y toman las decisiones incorrectas todo el tiempo?".