lunes, noviembre 23, 2009

Superando los Obstáculos para la Libertad Financiera: Razón Número Cuatro



Razón Nº 4: Hábitos

Nuestras vidas son un reflejo de nuestros hábitos, más que de nuestra educación. Después de ver la película Conan, protagonizada por Arnold Schwarzenegger, un amigo dijo: "¡Me encantaría tener un cuerpo como Schwarzenegger!" La mayoría de los muchachos asintieron expresando su acuerdo.

"Yo inclusive oí que antes, él realmente era un flaco raquítico", dijo uno de ellos.

"¡Ah, sí! Yo también escuché eso", agregó otro amigo. "Yo escuché que tiene el hábito de entrenarse casi todos los días en el gimnasio".

"¡Apuesto a que así es!"

"¡Ah, no!" dijeron todos sarcásticamente. "Apuesto a que nació así. Y más allá de eso, dejemos de hablar de Arnold y vayamos por unas cervezas."
Éste es un ejemplo de hábitos controlando el comportamiento. Recuerdo haberle preguntado a papá rico acerca de los hábitos de los ricos. En lugar de darme una respuesta categórica, quiso que yo aprendiera a través de un ejemplo, como siempre.

"¿Cuándo paga tu padre sus cuentas?", me preguntó.

"El primer día del mes", contesté.

"¿Y le queda algo?", preguntó.

Dije: "muy poco".

"Esa es la principal razón de sus luchas", dijo papá rico. "Tiene un mal hábito".

"Tu padre le paga a todos primero. Y a sí mismo último, pero solamente si le queda algo."

"Lo que habitualmente no sucede", dije. "Pero él tiene que pagar sus cuentas, ¿no? ¿Estás diciendo que él no debería pagar sus cuentas?"

"Por supuesto que no", respondió. "Creo firmemente en pagar mis cuentas a tiempo. Sólo que me pago primero a mí mismo. Inclusive antes de pagarle al gobierno."

"Pero, ¿y qué pasa si no tienes suficiente dinero?" pregunté. "¿Qué haces entonces?"

"Lo mismo", dijo papá rico. "Aún en ese caso me pago primero a mí mismo. Aunque ande escaso de dinero. La columna de mis bienes es por lejos más importante para mí, que el gobierno."

"Pero", dije, "¿no vienen tras de ti?"

"Vienen si no pagas", contestó. "Mira, yo no dije no pagar. Dije solamente pagarme primero a mí, incluso si estoy corto de dinero."

"Pero", repliqué, "¿cómo lo haces?"

"No se trata de cómo. La pregunta es por qué", dijo.

"Ok, ¿por qué?"

"Motivación", dijo papá rico. "¿Quién piensas que va a protestar más fuerte si no le pagas: yo, o mis acreedores?"

"Tus acreedores definitivamente gritarán más fuerte que tú", le dije, respondiendo lo obvio. "Tú no dirías nada si no te pagas a ti mismo."

"Ya ves, así, después de pagarme a mí mismo, la presión de pagar mis impuestos y a los otros acreedores es tan grande, que me fuerza a buscar otras formas de ingreso. La presión por pagar se convierte en mi motivación. He realizado trabajos extra, iniciado otras empresas, negociado en el mercado de valores, cualquier cosa, sólo para asegurarme que esos tipos no empezaran a vociferar contra mí. Esa presión hizo que trabajara más intensamente, me obligó a pensar y, en general, me hizo más rápido y más activo cuando de dinero se trata. Si me hubiera pagado en último término, no habría sentido presión, pero estaría e bancarrota."

"¿De manera que es el miedo al gobierno o a las otras personas quienes les debes dinero, lo que te motiva?"

"Así es", dijo papá rico. "Mira, los recaudadores del gobierno soy grandes matones. En general, todos los que controlan el pago de cuenta lo son. Mucha gente se achica ante estos matones. Les pagan a ellos, jamás se pagan a sí mismos. ¿Conoces la historia de un enclenque de 50 kilos, a quien le arrojaron arena en la cara de una patada?"

Asentí. "Veo esa propaganda en los libritos de historietas todo e tiempo, promoviendo aumento de peso y musculación."

"Bueno, la mayoría de la gente deja que los matones les pateen arena en la cara. Yo decidí utilizar el miedo al matón para hacerme más fuerte. Otros se hacen más débiles. Forzarme a pensar en la manera de ganar dinero extra, es como ir al gimnasio y entrenarme con pesas. Cuanto más me entreno para desarrollar mis músculos mentales, más fuertes se vuelven. Y ahora, ya no temo a esos matones."

Me gustó lo que decía papá rico. "Entonces, si primero me pago a mí mismo, me vuelvo financieramente más fuerte, tanto mental como fiscalmente."

Padre rico asintió.

"Y si me pago último, o no me pago, me debilito. Entonces, las personas como los jefes, gerentes, recaudadores de impuestos, cobradores y tocadores me presionarán toda la vida. Solamente porque no tengo buenos hábitos con el dinero."

Padre rico asintió y agregó, "igual que el enclenque de 50 kilos".